Preparando el terreno
Cada vez que llueve vuelve la nostalgia, y estas líneas las reescribo recordando un gran ejemplo de vida para mi: mi papá (Don Manuel)
Todos nacemos con virtudes y dones pero eso no es suficiente. Tenerlos no nos hace mejor que nadie y tampoco obtendremos frutos solo por tener la semilla. Es a partir de este principio que comenzamos a comprender de qué se trata la vida.
Saber identificar los tiempos, cuando se está en tiempo de siembra y cuando en tiempo de cosecha, de lo contrario, la vida nos parecerá injusta e irracional. Debemos preparar el terreno para lograr que esas virtudes y esos dones cumplan su propósito en nuestras vidas.
¿Qué significa preparar el terreno?
Preparar el terreno implica entrenar nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestro espíritu y nuestro corazón para hacer cosas que nadie en este mundo ha visto, para volver lo imposible en posible, para dejar esa huella imborrable en el mundo, para hacer aquello que nadie más puede hacer por nosotros.
Preparar el terreno es saber que todo tiene una consecuencia, saber que mientras más preparado estés, podrás dar lo mejor; preparar el terreno implica que tienes la certeza de que en el momento en que la siembra esté lista llegará la lluvia y con ella el milagro.
Lee un buen libro, escucha esa canción que te levanta el alma, levántate temprano para ver el amanecer, escucha el latido de tu corazón, busca todo aquello que te haga mantenerte en pie, aquello que te recuerde que el mundo merece algo mejor y que hay algo en tu interior que tiene la capacidad de mejorarlo; y solo entonces la lluvia tendrá sentido y alimentará tu semilla.
Saber identificar los tiempos, cuando se está en tiempo de siembra y cuando en tiempo de cosecha, de lo contrario, la vida nos parecerá injusta e irracional. Debemos preparar el terreno para lograr que esas virtudes y esos dones cumplan su propósito en nuestras vidas.
¿Qué significa preparar el terreno?
Preparar el terreno implica entrenar nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestro espíritu y nuestro corazón para hacer cosas que nadie en este mundo ha visto, para volver lo imposible en posible, para dejar esa huella imborrable en el mundo, para hacer aquello que nadie más puede hacer por nosotros.
Preparar el terreno es saber que todo tiene una consecuencia, saber que mientras más preparado estés, podrás dar lo mejor; preparar el terreno implica que tienes la certeza de que en el momento en que la siembra esté lista llegará la lluvia y con ella el milagro.
Lee un buen libro, escucha esa canción que te levanta el alma, levántate temprano para ver el amanecer, escucha el latido de tu corazón, busca todo aquello que te haga mantenerte en pie, aquello que te recuerde que el mundo merece algo mejor y que hay algo en tu interior que tiene la capacidad de mejorarlo; y solo entonces la lluvia tendrá sentido y alimentará tu semilla.
Sembrar es un requisito para darle sentido a la tormenta.
¿Estás preparado para la lluvia?
¿Estás preparado para la lluvia?
Tomado de un recuerdo (2012)
Jaime Guevara
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